martes, 16 de junio de 2015

Tú, cuerpo.

TÚ, CUERPO. Cuando expresamos las emociones contigo, ósea moviendo el cuerpo, se da un gran fenómeno de armonización entre el cuerpo las emociones y la mente. 
El cuerpo es donde se dan las emociones, es su sede, y el cerebro y el sistema nervioso son parte de ese cuerpo que se mueve.
El cuerpo tiene una memoria somática que activa y despierta las emociones. Esta memoria tiene que ver con el presente, pero también con el pasado no consciente.
El cuerpo emotivo está en el cuerpo físico y se mueve con él. Y lo que para el cuerpo físico es una actitud corporal, una postura particular de cada parte del mismo cuerpo, para el cuerpo emotivo esa misma postura y actitud es una emoción .
Moverse como pura actividad física es sano y conveniente. Moverse con la atención en el mundo emotivo, que respira y se expande es el gran proceso de armonización emocional, armonizamos nuestro cuerpo físico con nuestro cuerpo emocional; y lo que es más importante, serenamos la mente dando paso a la creatividad.
Intensivo residencial 10 al 12 de Julio.



miércoles, 20 de mayo de 2015

La importancia del cuerpo






LA IMPORTANCIA DEL CUERPO. Hoy lo empezamos a tener claro, pero no siempre ha sido así. Hablamos de que tenemos un cuerpo, de que somos también un cuerpo.
¿PERO CÓMO LO TENEMOS DE CLARO? Nos empezamos a vivir como habitantes de un cuerpo, y ya descubrimos que somos algo más que nuestros pensamientos... sobre todo porque hemos empezado a dar más importancia a lo que sentimos, a nuestras emociones.
Vamos superando la clásica división entre cuerpo y mente para convertirlo en un todo Cuerpo-Mente, pero ¿no estaremos cambiando solamente de concepto? , ¿no será simplemente un cambio de idea sobre nosotros mismos?. Si es así ya es un gran paso, dado que empezamos a dar importancia a algo más que la mente y considerando nuestras experiencias como algo también orgánico.
ASI FUE MI PRIMER PASO. Después tuve que reprender corporalmente. En mi educación escolar poco hubo de aprendizaje corporal más allá del deporte o la educación física de los años 60-70.
Afortunadamente y por casualidad tropecé con la expresión corporal y a los 16 añitos me enfundé algo parecido a unas mallas para ir a un cursito que se llamaba "Hablar con el Cuerpo" y ahí empezó un largo camino de descubrimiento de mi cuerpo físico y de mi cuerpo emocional.
TUVE SUERTE inicié mi camino en esta nueva educación pronto, y lo que es también importante fui un temprano aprendiz de enseñante. Mi vida estuvo llena de cambios e interrupciones profesionales y relacionales, pero siempre se mantuvo mi interés por llevar a las personas a esta nueva educación... una educación corporal que nos abriera la puerta a un mundo más físico-emocional y al mismo tiempo nos ofreciera comprensiones sobre nuestro psiquismo y nuestra existencia.
TROPECÉ CON LA GESTALT Y EL ENEAGRAMA. He podido comprobar como a muchas cosas que llamamos terapia les podemos dar una orientación de "Escuela de Vida", y más de una vez he pensado... ¿y esto por qué no está en la enseñanza primaría?
TOMO CLASES CON UNA BAILARINA, desde que trabajo con el cuerpo siempre he recibido clases de diferentes profesionales del mundo del cuerpo y el arte... y siempre les digo lo mismo "Me hubiera gustado que fueras mi profe en la escuela. Que me hubieras enseñado esto de niño". Tengo 55 años y trabajo con el cuerpo, y sigo encontrando gran placer en recibir clases, en seguir con mi educación corporal y emocional. Sigo aprendiendo del gran maestro, que es mi cuerpo, gracias a la ayuda de otros que exploran como yo.
¿SINO LO TUVIMOS EN LA ESCUELA DÓNDE PODER IR?. Esa fue mi pregunta hace años y decidí tirar de mi experiencia en mi viaje de aprendiz a profesor. De adulto también podemos aprender y decidí que bien podía sistematizar mi experiencia para hacerlo fácil para otras personas, eso es el SISTEMA LO CORPORAL, una forma fácil y profunda de aprender del "Gran Maestro, que es el propio cuerpo".
FORMACIÓN SISTEMA LO CORPORAL, de Javier Muro.
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jueves, 26 de marzo de 2015

Conoce a Míster Ego

¿Alguna vez has visto un bebé?.

Cuando llora, llora todo él. Cuando sonríe, sonríe todo él. Cuando agarra algo, lo agarra todo él. Cuando no quiere algo, todo él lo rechaza.
Así llegamos al mundo “de una pieza”, nuestro impulso es único. En esos momentos  la inmensa mayoría de asuntos importantes los hacemos y manifestamos de una forma bien orgánica. Somos un potencial de energía para vivir, para proyectarnos en la vida y desarrollarnos.

¿Alguna vez haz visto un niño?
Cuando quiere algo ya se lo piensa dos veces y actúa con vehemencia e ímpetu para conseguirlo, o con sollozo mirada tierna para que se lo demos.
Como niños bien tenemos que sobrevivir emocionalmente y adaptarnos a las vicisitudes que nos plantea el entorno y los adultos.
Rápido aprendemos cual es la estrategia…. ¡nuestra estrategia!.
¿Qué funciona mejor, un agresivo “voy a por ello” o un tierno “que bueno soy”?
Nuestro impulso ya no es único, se ha dividido.  Lo tierno o bien lo agresivo pasa por delante lo uno de lo otro… es “la estrategia del Ego” y hay que decidir.

¿Alguna vez haz visto un adolescente?
¿Quién soy?, ¿Cómo soy?,  ¡Yo no soy como tú!
Míster Ego ganó la partida, tomó el mando y buscamos re-identificarnos.
¿Quién habló de autoestima? Ya empezamos a confundir lo que dicen sobre lo que hacemos con lo que somos.
Gran revolución hormonal y cierre del carácter.  Se ancló el eneatipo y este se mantiene mediante una coraza muscular que nos limita emocionalmente. Esa coraza da una estructura corporal, algunas más deseadas y otras no tanto dependiendo de la moda del momento, pero igualmente limitantes.
Adiós conexión con el propio potencial, y bienvenido lo que toca:
Y tocará: estudios, máster, trabajo, sueldo, novia, pareja, hijos, etc….. toca lo que toca, según creemos que toca, a lo mejor hasta toca ser un rebelde o un anti….. en todo caso es porque toca.

¿Alguna vez has visto un adulto?
¿Se preguntan algo sobre sí mismo?
Suele estar enfermo de desconocimiento del SÍ MISMO.
Míster Ego con patas es muy adulto y seguramente tiene muchas respuestas “sobre sí mismo”, o sea, su personaje: quien cree ser, quien cree que debe ser pero que no alcanza a ello, será aquello que cuando tenga le dará la felicidad… o ¿será aquella persona que nunca tuvo?
Míster Ego con patas no conoce al SÍ MISMO con mayúsculas y por eso nunca alcanza, y no quiere conocerlo porque entonces perdería el poder.
SÍ MISMO es lo que somos más allá de lo que hagamos, pensemos o experimentemos como emoción. Sólo hay que recordarlo, siempre ha estado ahí es el potencial que aún tenemos de aquel bebé de impulso no dividido. Sólo hay que reconectar con él.

¿Y cómo se hace para conectar y recordarte de SÍ MISMO?
Míster Ego tiene un magnífico traje con el que toma el mando de la situaciones, pero este traje no eres tu.
Es un traje que actúa como corsé y que con los años se ha instalado en tu cuerpo, haciéndote pensar, sentir y actuar como el ego cree que es correcto.
Lo más dañino de este traje es que al mismo tiempo te hace olvidar de quien eres (SÍ MISMO) y pasas a creer ser lo que representa tu traje.

El recuerdo del SÍ MISMO, se logra conociendo cual es mapa de Míster Ego (enegrama) y cual es el manual de uso tu personaje (enatipo o número). Finalmente conocerás y actuarás sobre tu cuerpo, aflojando el corsé que te impone Míster Ego y descubrirás que el recuerdo de tu SÍ MISMO está guardado en tu organismo, en tu cuerpo, que siempre ha estado ahí pudiendo acceder a él.




martes, 17 de marzo de 2015

Enchufado a la Vida o al Ego

¿Estás conectado con la Vida o estás conectado con el Ego?.
Te preguntarás cómo saber la diferencia .

Una pista para saberlo es observar como te pones ante las dificultades, el cómo te las tomas, ¿desde el enfrentamiento o la queja….?  Si es así verás el mundo como un lugar de lucha o bien como un valle de lágrimas.
Ante estos paisajes el ego tomará diferentes opciones, pero todas tendrán que ver con el esfuerzo.

Cuando hablo de dificultades me refiero a las cotidianas, a las que te provocan rabia, indignación, etc…
Lo llamaremos ESCENARIO, las situaciones repetitivas que te llenan de razón, y te ponen los pelos de punta, te hacen sacar las uñas o bien te has de morder la lengua en lugar de matar a alguien con la mirada.
Aquellos pequeños desórdenes, deficiencias del otro, que te amargan parte del día….Esos son 
los escenarios.

Las emociones fuertes en situaciones simples son indicadores de estar entrando en el los 
escenarios del Ego.  
Si te das cuenta estas situaciones producen unas sensaciones corporales bastante irrefrenables: aquel “es que me coge una cosa”,  “es que no puedo evitar…”, pues eso, el ego queriendo coger el mando y haciéndolo a través del cuerpo mediante emociones fuertes. 
A esto lo llamaremos DETONADOR.
A partir de aquí perdemos el mundo de vista. Cuando se acciona el detonador, que no es más que una poderosa sensación corporal, nos desconectamos del fluir de la vida, todo empezará a ocurrir como una obra de teatro con un guión inevitable que impone el Ego.
Dejamos de vivir la vida y empezamos a actuar automáticamente el papel que nos corresponde según el Ego, le llamaremos ENEATIPO
Éste no es más que una forma de pseudo-solución o solución barata para no afrontar lo que realmente nos duele, que poco tiene que ver con el presente y mucho con asuntos emocionales no solucionados.

Y te preguntarás: ¿qué puedo hacer yo con esto, como lo cambio?

De manera simple podemos pensar que la culpa es del otro, del entorno o de lo que sea que esté, como no, fuera de ti mismo.
Entonces que cambie el otro, o mejor tomar paciencia y resignarse…. ¡Respira y tranquilízate si puedes, ommm!. O mejor mirar para otro lado, que la vida son cuatro días…¡y si el otro es imbécil peor para él!
Bueno, son algunas de las posibles soluciones, pero te siguen poniendo a merced del Ego que intenta controlar la situación, ya que no confía mucho en la Vida y cree que hay que hacer algo.
A estas soluciones creadas desde el Ego les llamaremos ESTRATEGIAS.

¿Qué tal si vamos un poco más a fondo?, ¿que tal si miramos que hace tu cuerpo justo antes de que se dispare todo?

Seguramente averiguarás que justo cuando empiezas a sentir esa emoción que dispara todo, tu cuerpo hace algo diferente y cambia de golpe, se acciona el detonador, nos instalamos en el eneatipo y actuamos automáticamente la estrategia egoica.

Pues parece que estar conectado con la Vida o con el Ego depende más del cuerpo que de las circunstancias que vivas, y desde luego bien poco de tu fuerza de voluntad. ¡Buenas noticias, aunque no para el Ego!


Por la misma puerta que se entra…. ¡Se puede salir!

Igual que el cuerpo es el disparador, también puede ser el espacio en el que se ancla la 
confianza primordial, y ésta es la solución para volver a enchufarnos a la Vida.
Aquella confianza con la que todos sin excepción vinimos al mundo, es la confianza primordial no es la egoica, aquella que hemos tenido que ir creando desde el Ego para parecer seres bondadosos.
El Cuerpo tiene memoria de confianza no egoica y primordial, y tiene registro de acceso tanto a su existencia como a sus diferentes formas de pérdida gradual en cada una de las personas.
A través del cuerpo podemos aprender a vivir en cualquier escenario de una forma natural, más allá de las circunstancias y librarnos de las estrategias  propias de nuestro carácter o eneatipo. Y esto es lo que proporciona el trabajo con “El Cuerpo y el Eneagrama”

Lo cierto es que el Eneagrama nos muestra muestra nueve estilos de pérdida de unicidad, de como nos escindimos y nos mantenemos escindidos. El Cuerpo nos abre la puerta a la recuperación , nos ofrece una vía de cerrar heridas y acercarnos a la felicidad del SER y conectar con la vida.
Cuerpo y Eneagrama nos ofrece a la vez el mapa de nuestro Ego y la ruta hacia nuestro SER.






sábado, 20 de diciembre de 2014

Ternura y erotismo: No son contrarios, sino complementarios.

Para llegar a una relación sexual  plena, la ternura y el erotismo van de la mano, pueden ser las dos caras de la misma moneda. 

Así  lo entendieron Anita y Miguel. Ambos se permitieron  mostrar esas dos caras y, de esa forma, recuperaron el deseo.

Hace poco, recibí en el buzón de voz de mi teléfono el siguiente mensaje:

"Javier, somos Miguel y Anita, necesitamos tener una entrevista para un asunto que quedó pendiente con respecto a las sesiones de gestalt que mantuvimos hace un tiempo contigo. Si eres tan amable, contacta con nosotros lo antes  posible en el número..."

Reconocí enseguida la voz de Miguel, un hombre vital y enérgico de mirada inquieta, que acudió  a mi consulta junto con su pareja hace años en busca de ayuda.
También recordé cómo, en un primer encuentro, Anita desveló con una voz cargada de rubor el asunto que les traía hasta mí: desde hacía cierto tiempo y después de un creciente desinterés, habían dejado de mantener relaciones sexuales.

- Miguel dijo: "Hemos fracasado".

En aquella primera sesión, los dos dirigían su mirada hacia el suelo y, al poco, empezaron a intercambiar reproches: uno acusaba al otro de su "alergia" hacia cualquier acción que pudiera implicar  erotismo y el otro replicaba con todo tipo de argumentos y descripciones sobre la falta de ternura del primero.
Anticipando  que me hablarían de una recaída después  de seis años, concerté una entrevista con ellos y revisé notas que me ayudaran a abordar la situación. Pero lo que realmente me invadió durante la semana fue una tremenda curiosidad  por "aquello" que según ellos había quedado pendiente.
Nada más tomar asiento con ambos en la sala, pude contemplar ante mí a dos personas de mediana edad que se miraban con complicidad  y dulzura mientras, a la vez y sin que mediasen palabras, aproximaban mutuamente sus sillas dirigiéndome una  sonrisa. Eran ellos, no había duda ... pero al mismo tiempo no eran ellos, nada que ver con lo que yo había presupuesto, y menos aún con cómo los recordaba  durante la úl­tima sesión, cuando nos despedimos hace tiempo. 
Pero no tuve que esperar mucho pa­ra satisfacer mi curiosidad.

- Miguel me recordó:

"Javier, hace unos años nos dijiste que sería un placer para ti reencontramos en el tiempo y poder compartir nuestra felicidad con nosotros un ratito, así como poder preguntarnos algunas cosas. Esto es lo que teníamos pendiente contigo. Bien, aquí estamos. Pregunta lo que quieras".

Aún perplejo les pregunté:

- ¿Cómo habéis conseguido cambiar tanto? ¿Ese cambio también está  presente en vuestra sexualidad?

Ambos me respondieron diciéndome que habían podido reconocer en si mismos lo que achacaban al otro como  algo negativo, o sea, que uno de ellos tenía la virtud de ser especial­mente tierno, pero su faceta erótica estaba  arrinconada y poco desarrollada, mientras que al otro le pasaba justo al revés.
El hecho de comprender que ningún aspecto es despreciable, sino todo lo contrario, que ternura y erotismo son igualmente necesarios y valiosos para mantener una relación sexual plena y satisfactoria, les había animado a cada uno a explorar en sí mismos la parte más oculta, ganando en autoestima y gozo, pudiendo  mirar al otro no como a un ser "reclamante", sino como a alguien complementario, con la ayuda del cual descubrir y aprender.


Entre risas, recordamos algunas experiencias que yo les proponía y ”no” pude dejar de preguntarles cuál les había sorprendido más. 

"Sin duda –contestó Anita-, la más sorprendente fue que nos propusieras pasar un tiempo encontrándonos en la cama para acariciarnos sin pretender llegar a nada; sobre todo,  sin pretender llegar al orgasmo, que nos olvidáramos de conseguirlo". 

Yo lo primero que pensé con tu propuesta fue: ¿Y qué he de hacer?,  ¿no pasará nada?. Y lo cierto es que, desde una cierta pasividad, se despertó el deseo y los dos entramos en otra dimensión. Fue como si se nos abrieran los sentidos, conectamos con nuestro erotismo al tiempo que nos sentimos liberados cada uno a su manera del clásico 'cumplir' en la cama.

Miguel no pudo dejar de recordarme qué fue lo que más le había costado, que incluso le llevó a enfadarse conmigo y era el reconocer su necesidad, como todo ser huma­no, de recibir y de dar afecto a través de los abrazos. Simplemente, le daba vergüenza. No podía ser que él, un hombre maduro, necesitara eso. 
Parece que lo que le ayudó fue la lectura de unos escritos que yo les había proporcionado, en los que había un fragmento de Virginia Satir que decía: "Necesitamos  cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho abrazos al día para mantenimiento y doce abrazos al día para crecer".

Yo le reté a que, antes de cuestionarlo, lo probara con su mujer. Y parece ser que, al final, decidió no conformarse simplemente con sobrevivir; sobre todo, porque Anita empezó de forma inesperada a contestar con suaves ronroneos y mordiscos en su oreja.
Entre risas, y con la perspectiva del tiempo, reconocieron que justo el "atrevimiento a la ternura" de uno ellos había sacado a escena el erotismo poco explorado del otro, algo que nunca hubieran esperado.

Quise indagar aún más y no pude dejar de preguntarles qué les había servido espe­cialmente de todo lo que habían aprendido en las sesiones y que, a nivel sexual, se­guían poniendo en práctica. 
Curiosamente, estuvieron de acuerdo a la hora de responder: el hablar clara y directa­mente de qué les gustaba  de lo que sexual­mente hacía el otro y qué no, expresar cuá­les eran los propios deseos intentando ser lo más concretos posible.
  
Y de igual  importancia fue también el dar a conocer, en el momento de la relación sexual, qué cosas gustaban a través de la expresión no verbal: del gesto, de la mirada, del tono de los sonidos. Finalmente, no pude dejar de reconocerles de forma  emocionada que si todo había ido tan bien es porque había mucho amor entre ellos. Que su sexualidad era una de las mejores maneras de conocerse y entregarse a una  experiencia que va más allá de lo físico. Y que mi ayuda tan sólo era una gota en la inmensidad de su relación.
Cuando ya se iban, Anita se giró guiñándole un ojo a Miguel mientras me cogía ca­riñosamente del brazo y, poniéndose de puntillas para estar más cerquita, me dijo: "¿Sabes lo que realmente más nos ha ayudado? Aquello que nos dijiste el primer día:
"Fracasados, nunca me he encontrado con ninguno, sólo he encontrado personas que tenían problemas pasajeros".


TIEMPO PARA EL EROTISMO

Olvida las precipitaciones. 
Revisemos cómo vivimos el "tiempo erótico". 
Solemos someter el goce sexual a las prisas y precipitaciones de la vida diaria. Darse un "buen tiempo" tanto a nivel de cantidad como entrar en él con una actitud de disponibilidad es el factor principal para disfrutar de la gratificación erótica.

No tengas prisa por acabar
Es importante no tener prisa por llegar al orgasmo. Cuando  esto ocurre, nos evadimos de nuestro propio ser; es como si no estuviéramos "presentes". Si nos olvidamos del fi­nal, estamos más en contacto con nuestra pareja y nuestras caricias y acercamientos adquieren más intensidad. Y no olvidemos  que nuestra capacidad de disfrute se mul­tiplica momento a momento.

Relájate  y disfruta
En nuestra sociedad, nos hemos olvidado de la relajación en muchos aspectos de nuestra vida, y el sexo, en particular, se ha convertido en motivo de ansiedad. Si nos tumbamos sin prisas simplemente contemplando los ojos de nuestra pareja y acompasando nuestra respiración, podemos comprobar cómo muchas de nuestras infelicidades y ansiedades desaparecen de una forma natural. Podemos entrar poco a poco en el pre­sente, en un presente compartido donde erotismo y ternura  aparecen y se suceden espontáneamente, sin que nosotros tengamos que hacer nada especial. 

Habla con claridad
Una comunicación abierta y clara siempre es el camino. Muchas relaciones sexuales se estropean por "creer  que tú supones que yo pienso que tú supones..." o por la creencia de que la pareja debe "adivinar" lo que quere­mos realmente. Además de hablar, también se puede hacer hincapié y enseñar con el gesto o la mirada a la persona con quien  mantenemos la relación sexual lo que real­mente apetece y no apetece en el mismo momento de la actividad erótica.
Atrevimiento como afrodisíaco. El erotismo de las primeras experiencias no se limita a la primera vez en que una persona practica el sexo, sino que puede incluir otras "primeras veces" sexuales, como hacer el amor al aire libre, en lugares inhabituales, en momentos inusuales, el riesgo de
ser descubierto... 
También  hay otras "primeras veces" para la ternura: la primera vez que me abrazó y besó en público, la prime­ra que me tomó de la mano "delante de...", la primera vez que comentó en público aquello tan importante para  mí, aquel vestido que sabe que me gusta y que se puso precisamente aquel día.
Busca en tu imaginación. Sexualidad y creatividad son agua de la misma fuente. De hecho, es difícil imaginar lo uno sin lo otro. Imaginar en voz alta, compartir y elaborar fantasías con el otro es la mejor opción para ir construyendo un camino  de confianza e intimidad entre los miembros de una pareja.

Confía, confía y confía
La sensación de confianza en el compañero es lo que permite abandonarse por comple­to a la experiencia instintiva de hacer el amor. En muchos casos, la intensidad de una experiencia sexual se va profundizando, retroalimentando y convirtiendo en un sentimiento de confianza e intimidad. Porque la llave que abre la cerradura de toda relación es la confianza. Y no hablamos sólo de la confianza en el otro, sino también de la que se tiene en uno mismo, que es muy importante.

Ahonda en lo emocional
Tanto hombres como mujeres suelen coincidir en que una relación  entre dos personas es la cualidad más importante para una práctica sexual plena. El cariño, la ternura, la confianza, la complicidad... marcan la diferencia entre una experiencia física satisfactoria y algo mucho más  profundo. Cuando se consigue combinar lo emocional y lo físico, puede darse entonces un as­pecto de verdadera fusión entre dos personas y catapulta la práctica de hacer el amor hacia algo más grande. 

Mima la relación sexual
El entendimiento sexual, además de ser elemento cohesivo dentro de la relación de pareja, es un campo  abonado para la intimidad  y también para  la  felicidad. Por el contrario,  cuando el sexo es motivo de insatisfacción o problemas, puede  esparcir­se desde ahí la semilla del resentimiento, las frustraciones y los temores. Siendo un aspecto tan importante requiere que se le dedique tiempo y mucha atención, así como generar un espacio común donde el mimo, la ternura, las caricias, la comprensión y la franqueza sean lo prioritario. La sexualidad siempre es el terreno fértil donde la vida y el amor pueden crecer.







miércoles, 17 de diciembre de 2014

La Sal de la tierra

Queridos amigos os recomiendo la película "La sal de la tierra", sobre la vida y obra del fotógrafo Sebastiao Salgado..
En formato de documental fotográfico con relato de fondo, conmociona por sus tremendas imágenes; realmente son tremendas en belleza y a veces en destrucción. 
Impresiona el relato vital de Sebastiao, fotógrafo que queda desgarrado existencialmente por sus propias imágenes.

El mensaje:

A pesar de la gran crueldad de los humanos como especie, el planeta sigue vivo. Sobrevivir como especie es volver a confiar en la madre tierra, en su fortaleza y en sus valores.