¿Alguna vez te has preguntado si te estás
tratando bien a ti mismo?
Para contestarte no tienes más que observar
como tratas a tu propio cuerpo.
La forma en que lo hacemos es el reflejo de
como habitamos en el mundo,
de cómo construimos nuestras relaciones y de cómo
nos tratamos como seres humanos,
y finalmente de cómo te tratas a ti mismo.
y finalmente de cómo te tratas a ti mismo.
Podría resumir en dos las formas en que lo
hacemos:
Una primera es intentando cumplir una serie de
deberías y modelos externos que nunca alcanzamos.
Una segunda y más sana que consiste en atender
a nuestras necesidades.
Aunque la última parezca lo más esperable, la
primera es la más frecuente ya que acabamos tratando a nuestro organismo como
una máquina o un objeto.
Nuestro pensamiento acaba mandando y crea
diferentes cuerpos más allá del real:
Un Cuerpo Estético a través del cual
intentamos relacionarnos socialmente
cubriendo unos “cánones”.
Un Cuerpo Cultural que según seas hombre o
mujer te permitirá o prohibirá
tácitamente algunas actividades.
Un Cuerpo Cosa mediante el cual tratarás tu
cuerpo como te dé la gana.
Yo bebo, como e ingiero lo que quiero.
“trato así a mi cuerpo por que es mío”.
Un Cuerpo Rendimiento al que llevo al límite
de su rendimiento como si fuera
una gran virtud hacerlo.
Un Cuerpo Virtual, es el de las redes
sociales, cada vez más presente y a la larga alienante.
Un Cuerpo Rol, muchas veces vinculado a lo
profesional y que finalmente lleva a
la rigidez y anulación del Cuerpo Real, al que
acabamos por olvidar.
¿Cómo atender al propio cuerpo?
Todo empieza por atender a la información que
nuestro cuerpo nos ofrece
continuamente a través de las sensaciones
físicas, deseos y apetencias.
Cuando las empezamos a tener en cuenta y a
gradualmente satisfacerlas en mayor medida
que a nuestros deberías el organismo se relaja
y por lo tanto se reducirá el grado de estrés.
¿Y qué hacer con todo lo que nos decimos
mentalmente?
A veces las personas tienen miedo a atender
sus propias apetencias y la cabeza se
les llena de pensamientos catastrofistas.
No hay problema, nuestro cuerpo está diseñado para el placer y el disfrute,
y en
este caso no hay nada mejor que la actividad física,
esta genera endorfinas las
cuales conseguirán hacernos sentir a gusto con nosotros mismos,
bajando con toda
seguridad la intensidad y velocidad de pensamientos.
Una buena información es saber que con el
placer las imperfecciones van
desapareciendo, a más placer y disfrute más
conexión con nuestro
Cuerpo Real y Por lo tanto más felicidad.
Cuerpo Real y Por lo tanto más felicidad.
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